sábado, 26 de julio de 2014

Reseña: Corazón de mariposa










Autor: Andrea Tomé

Páginas: 272

Editorial: Plataforma NEO

Precio: 15,90€







 


Victoria y Kenji comparten un secreto: las cicatrices que recorren sus muñecas.
Para ella, los días transcurren contando calorías e intentando que su hermana no la obligue a comer más de lo que ella considera suficiente. Él vive escondiendo las marcas de su pasado bajo tatuajes y trabajando de sol a sol en un bar para amantes del rock.
Ambos están solos, aislados del mundo…
Hasta que Kenji descubre a Victoria en los baños del bar donde trabaja rodeada de un charco de sangre. Todos creen que ha intentado suicidarse, porque sufre anorexia, porque su novio acaba de dejarla, porque en definitiva parecía inevitable. Pero nadie la entiende realmente… hasta entonces. 
Victoria y Kenji se mueven a la velocidad de la vida e, inevitablemente, acabarán encontrándose.

Éste libro fue una lectura obligatoria para el instituto, con lo cual, lo cogí con pocas ganas. 
Aunque el tema de la anorexia me llamó en un principio, no tenía ninguna expectativa en respecto a lo que me iba a encontrar. 

El libro empieza con Victoria en el hospital, con lo cual, no podemos ver cómo era ella antes de que la enfermedad la consumiese. No es un detalle muy importante, aunque creo que el libro habría estado más completo si de vez en cuando Victoria tuviese flashes del pasado cuando empezó a adelgazar, y nos unos vagos recuerdos. 

Victoria me ha parecido una chica que, aunque lo intentaba, no era para nada fuerte. Había dejado que la anorexia la comiese por dentro y no había luchado mucho contra ella. Aunque las personas a las que quería le decían lo contrario, ella seguía viendose gorda (que sé que es muy dificil de evitar) y no tenía ninguna intención de querer recuperarse. 

Kenji es un chico con un oscuro pasado y un mal presente. Tiene piercings, tatuajes y algo más que consigue confesarle a Vicky cuando ésta pasa por un mal momento. La historia de su familia me preció un tema interesante porque le daba trama a la novela, a parte de que hubo algunos momentos en los que pasaban cosas que no me esperaba para nada. 

Un tema del que no me gusta ni hablar, ni oír, ni leer es el de los cortes en las muñecas u otras partes del cuerpo. Las personas que hacen esas cosas, tienen detrás una historia y unas razonas por las que lo hacen, aunque a veces esas razones (sin ofender a nadie) son insuficientes. 

Victoria había pasado por una mala ruptura justo en el peor momento, y eso fue lo que la llevó a hacer todo lo que hacía. Me ha gustado mucho como Kenji ha podido ayudar a Victoria en todo lo que podía, haciéndose a sí mismo más fuerte. 

Otro detalle que me pareció muy curioso es que la propia autora había sufrido ésta enfermedad, aunque no sé si tuvo la suerte de contar con alguien que la ayudase como lo hacía Kenji, o de una familia tan atenta (y a veces demasiado) como la de Victoria. 

La manera de escribir de la autora es sencilla, aunque a veces se me hacía un poco pesada.  

En conclusión, éste libro te hace reflexionar y pensar sobre varias cosas. Hay que cogerlo con ganas, porque si no, puede llegar a no ser todo lo que debería ser. 
  

PUNTUACIÓN: (sobre 5)

 

 

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